Cap. 0 Intro

 «La Villa Franca de los Caballeros»
Asistente para redimensionar-1

SON

La villa en la que aquí se habla, y porque así escrito está por la mano de Frei Alfonso Lujan y Cañizares, del habito de San Juan, cura propio de la parroquial de este pueblo dista a poniente catorce leguas de la Imperial Toledo, teniendo dos, a oeste, Alcázar de San Juan, cabeza del partido, con cuyo término confina. Y las demás que le circulan son, al medio día Herencia, una legua; dos la de Camuñas, al poniente, y a este tres la de Madridejos; cuatro a el norte la de Villacañas y entre este y oeste, dos, la de Quero, extendiéndose su jurisdicción y termino dos leguas por cualquier confín que se mire.
Pasan por el territorio dos ríos, cuyas aguas no son perennes pues solo corren en invierno, el Giguela que sigue al norte y al medio día, divide los términos de esta con la de Quero y Alcazar, a distancia de una legua y media y por lo más inmediato, que lo es por donde se halla el puente del Doctor, que toma este nombre de un molino harinero que dista de ella doscientos pasos y se nomina así. Su fabrica es de piedra, pero tan destruida que sin conocido riesgo pueden pasar carruajes. Como una legua poco más o menos, mirando a el norte, se une el río Riansares con el anterior, pero cuando viene llena la madre o caz sigue su corriente y pasa como novecientos pasos de este pueblo con mucho daño de siembras, por extenderse por las tierras de labor, las que deja infructíferas para muchos años por las sales marinas que las comunica, como en este año se ha experimentado con notable perjuicio de estos vecinos, pues según labradores inteligentes ha quitado como diez mil fanegas de todos granos, lo que tengo por cierto por ser el terreno por donde pasa de buena calidad y de mucho producir, terminando las aguas sobrantes, después de inundar la vega, en el molino de pan que llaman Harinero, sito en las corrientes del dicho Giguela. Los antiguos tenían todas las preparaciones necesarias de cazes y cespederas para detener las corrientes de aguas, con lo que se liberaban de iguales daños, pero hoy la desidia hay lugar a que todo falte.
El otro rio, que se denomina Valdespino y Amarguillo, pues lo entienden con ambas voces, tiene su corriente de poniente a oriente y pasa novecientos cincuenta pasos de esta villa, a el medio día. Sus aguas son dulces y se introducen en el terreno de la villa de Herencia, finando en Jiguela y todos en Záncara.
Se le concedió el privilegio de villazgo en el año de 1557, reinando Carlos quinto, y por armas tres bandas azules en campo blanco. Esta fundada a el final de la falda de un cerro de Cabeza Gorda, muy suave a el caminar y todo él es tierra de labor, y las aguas sobrantes que tiene en tiempo de lluvias se unen y pasan por medio de la población y calle del Riato, la que fue formada con la prevención para libertar los edificios de las avenidas e inundaciones y con puentes para el paso de un lado a otro. Tiene de ancho veinte y cinco pasos y toda con empiedro de guijarro, aunque hoy se halla oculto por el légamo e inmundicias que deja la corriente. Esta desidia en limpiarla en sus tiempos y falta de policía es causa de que corriendo con aumento se entren las aguas en las casas y cuevas con daño de ellas y de la publica salud, pues con la suciedad se halla todo el invierno encharcada, despidiendo fétidos vapores, viciando los aires que por su situación despejada y terreno nitroso son los más puros y saludables.
Su vecindad es de seiscientos cincuenta y tiene, según la última matricula de este año, dos mil cuatrocientas personas de todas edades. En este último quinquenio han muerto ciento setenta y cinco cuerpos grandes y doscientos y quince niños y han nacido de ambos sexos quinientos y seis. Los varones se crían robustos, de buena disposición de nervios, color encendido, oscuros, ágiles y de genios despejados. Han manifestado siempre inclinación a las leyes y por eso son conocidos con el nombre de los letrados, y viene tan antiguo este mote que en el año 1560 tengo visto un alegato que dice así: «y por que como es notorio todos de aquel pueblo son letrados». Y esto los perjudica mucho, pues con poco motivo forman pleito y lo siguen con tanto tesón que abandonan el cultivo de sus haciendas, cuidado de sus casas y crianza de sus hijos, siendo la principal causa de ser la villa más pobre de las que componen el partido.
Las mujeres se crían con igual robustez, pero toscas de facciones, paso tardo y perezoso, desidiosas y sin cuidar del adorno propio de su sexo, ni el de sus casas, las que tienen muy sucias y sin aliñar, motivo porque los tabardillos y dolores de costado que padecen entrando en una familia se le comunican a todos, agravándose por ser dados al vino y aguardiente.
En el año de 1736 experimento una epidemia de tabardillos al parecer rigurosa, pues fue con tanto estrago que en parte de este año y el siguiente murieron seiscientos treinta y tres cuerpos grandes. Y llegando la noticia al serenísimo señor infante don Felipe, mando viniese el Dr. Legua, médico de la villa de Alcazar, facultativo hábil y de mucha practica, lo que comprobó por los efectos, pues instruido del régimen de vida, exceso en las bebidas, ninguna limpieza de ropas y habitaciones, sin más que poner casas que sirviesen de hospitales, con separación de enfermos, sacarles en los primeros días dos libras a tres de sangre y después continuarles con febrífugos, absorbentes y refrescos, logro cortar el mal en el corto tiempo de cincuenta días y el que no muriese ninguno desde el día en que entro en el pueblo, por lo que logro mu¬cho favor de S.A., cuyas cartas de honor he visto y paran en poder de su hijo, don Manuel Lenguas, doctor y catedrático de leyes en la Universidad de Salamanca. Siendo este el método de los facultativos de experiencia, pulso y co¬nocimiento han seguido en enfermedades de esta especie y siempre que no se han extraviado de el han obrado con acierto.
No tiene comunidad alguna religiosa y solo una parroquia con el título de Santa María, pero intramuros hay una ermita de tres naves, toda de piedra y el pórtico de orden gótico, el compuesto y sin embargo de haber sido en primeros de este siglo es toda su arquitectura de buen gusto, pero le tuvieron malo haber pintado todo el interior de obra tosca y al fresco, con figuras y florones, más propios de un coliseo, que es lo que se representa, que de la seriedad de un templo en el que se halla colocada la milagrosa imagen de Santísimo Cristo de la Vera Cruz, que por ser la ermita de la advocación de Santa Ana, generalmente es entendido por este nombre.
En el interior del pueblo y su circuito hay más de trescientas huertas y tienen tierras proporcionadas para mil, con abundancia de aguas a corta profundidad. De invierno, las siembran de cebada, trigo y de esta especie lo regu¬lar que producen cada fanega de 744 estadales son cincuenta o sesenta y de la otra más de ciento. De verano las ponen de salicor, barrilla, papas de tierra, legumbres y hortalizas y lo llevan en abundante, pero el fruto mayor y más útil es el de la zanahoria, pues con ellas mantienen en los meses de invierno sus labores, ganados de lana y zerda y el sobrante ay años que les ha balido veinte mil reales.
En muchas huertas tienen álamos negros y se crían grandes, sanos y de madera firme, y si las cercasen de moreras serían frondosas, por ser las tierras a propósito para ellas, y árboles frutales.
En las casas tienen membrillos y perales y llevan la fruta grande, sana, suave y sabrosa. Las viñas que tienen son de buena calidad y el vino que dan muy balsámico; lo envasan en tinajas y puesto en las bodegas lo guardan todo el año en la madre y es medio mejor de mantenerlo con menos peligro de viciarse. Entre las vides ay algunas olivas y aunque no son corpulentas están sanas y son de bastante fruto, manifestando las pocas que ay ser tierra a propósito para ellas.
Un cuarto de legua de esta villa y propias de ella, entre norte y oeste, hay dos lagunas que solo divide una cespedera con algunas bocas por donde se comunica el agua de una a otra. Se llenan las vertientes de los cerros que las circundan y sobrante de Giguela y si no son bastantes hay privilegio para echarles todo el río, cuarenta u ocho. Para este caso hay un caz del río a la laguna de más de un cuarto de legua de largo y en él tiene una compuerta a modo de celosía y en posición que entren las aguas y no pase ninguna pesca. A un lado y otro es dehesa boyal y carnicera, cuyo ámbito será una legua, y la tierra de superior calidad para álamos, y otros frutales y toda especie de frutos, de manera que siendo su terreno y disposición convidada para for¬mar un sitio útil y delicioso.
Estas dos lagunas crían mucho y crecido carrizo y en total disposición que la naturaleza lo puso, todo alrededor para que sirviese de muralla y solo tienen tres sitios que llaman puertas y lo son pues todo lo demás en impenetrable. El interior era raso y por lo más profundo, estando llena, será de catorce a quince cuartas de agua. Su suelo está cubierto de media vara de cieno muy saludable y carpado, según se ha hecho análisis de un sal catártico marino, que sirve de nutrición a la pesca, aventajándose a otras de otros sitios en lo sabroso, por no gozar de esta cualidades, se ceban con carpas y se crían estas de quetro, seis, ocho y diez libras.
En los tres meses de junio, julio y agosto concurren muchas gentes de todo el país a tomar baños y se experimentan ser útiles a todo afecto cutáneo, dolores artríticos y algunos venéreos, siempre que estos no hayan pasado a segundo grado y cuando no hayan surtido los efectos que apetecían los pacientes, no hay ejemplar haya causado el mas leve daño a ninguno de los concurrente.Inmediato a estas dos lagunas hay otra que se custodia por cuenta de la Real Hacienda, por gozar de abundante sal marino, pero sin uso para condimentos ni ganados, por ser perniciosa a todos.
En los cerros que cercan estas lagunas, a media vara y una a lo más profundo, se encuentra en todas partes canteras de piedras moledera de la me¬jor calidad y de ella sacan molejones de todas marcas y los llevan para el surtido de tierra de Madrid, Guadalajara, Extremadura y mucha parte de Castilla la Vieja. Y se sacan piedras de mucha magnitud, de las que labran columnas, pilones, brocales de pozo y otras piezas para el surtido del país.
Las enfermedades que generalmente insultan a estos vecinos (a excepción de las estacionales que dejo expuestas) son, ulceras anginosas, en la garganta y aun en las partes pudendas, y carbuncos. Aquellas, su método curativo ha sido el más feliz la evacuación de sangre y el gargarismo del cocimiento de zarza mora y miel rosada, pero en aquellas ulceras que aparecen inmediatas al esófago, de un color ceniciento y su tacto duro y craso, no se ha hallado arcano que lo remedie, al quinto día dan su cuenta a el Criador. Los carbuncos, aunque malignos, con felicidad a beneficio de unas sajas superficiales donde aparecen, poniéndoles un cartico que se guarda por secreto y las cataplasmas debidos, con cuyo método no peligran y salen de su aflicción.
Se fabrican por estos vecinos mas de doce mil varas de estameñas, de la anchura de tres cuartas y de buena calidad, la que conducen a Cádiz y otras ciudades de Andalucía, y de lo que arrojan los peines, que llaman tramillas, sacan el tejido de pañete o cordellate, de la anchura de a vara, cuyo número será el de cinco mil o más, con las que ay suficiente para el consumo de la gente trabajadora. Además de esto, de la Real Fábrica de Guadalajara se conducen a esta doscientas arrobas de lana entrefina, la que se peina e hila anualmente por estos vecinos.
Todo su terreno es de labor, sin montes ni bosques y solo no es a propósito para ella las vertientes de Giguela, pero no deja de ser útil pues produce mucha sosa y salado sin cultivo, manifestando que si le diese agua en abundancia, mucho en estas dos especies, tributando a estos jornaleros el sudor de sus fatigas en la cogida y quema un crecido jornal diario y estacional. También crían crecido pasto para ganado mayor y menor y la carne que se gasta de este y el queso que se hace de las ovejas, que se alimentan de estos pastos, una y otro es lo más sabroso que se cría y hace en estos países.
Si hay algunos sucesos notables o hombres ilustres, la desidia de los tiempos y poca custodia de los papeles los han puesto en olvido, siendo la principal causa el que los dos alcaldes, uno por el estado noble y otro por el general, que anualmente nombra Su Alteza como Gran Prior, es gente rustica, que por lo general solo cuidan de sus haciendas y propios intereses.

                                                                        Frey Alfonso Lujan y Cañizares