. Un proyecto que, de la mano del colectivo eltiocazuela.com, pretende poner en valor y reivindicar el legado de los hombres y mujeres del campo y que hoy, en muchos de los casos, se encuentra en peligro de extinción por “abandono” o “expolio”
. Casillas, silos, molinos, pozos, palomares….lugares que recoge la web en la que han puesto muchos corazón y esfuerzos Domingo Camuñas, Julio Serrano y Elisa Yébenes, el equipo de videográfos y cámaras, con la inestimable colaboración del “historiador del campo local”, Francisco AvilésVillafranca de los Caballeros cuenta con un nuevo proyecto en defensa de su patrimonio e historia rural. Se trata de la iniciativa “Historias de cosas”, una web que nace ahora, pero que reúne el trabajo que viene realizando el equipo de eltiocazuela.com desde el año 2011. Una iniciativa con la que sus promotores quieren poner en valor y reivindicar, al mismo tiempo, el legado que los hombres y mujeres del campo y con la que, asimismo, rinden homenaje “a los que cuidaron de las cosas”.
Y en este reconocimiento no quieren pasar por alto “a aquellos que también las olvidaron”. Así, “Historias de cosas” se convierte también en un documento video-gráfico reivindicativo con el que persiguen llamar la atención sobre un patrimonio en peligro de extinción ya sea por “abandono” o por “expolio”.Sus creadores explican, en este sentido, que “con este trabajo perseguimos conservar, para las futuras generaciones, los elementos de la vida de nuestros antepasados que todavía perduran en nuestros días, pero cuya permanencia no sólo no está asegurada, sino que está en grave peligro”.
De esta forma en la web pueden encontrase vídeos de casillas, silos, pozos, molinos y palomares, de lugares y sitios en lo que habitaron o pasaron parte de su vida villafranqueros y villafranqueras, pero… “todo lo que hay en el campo dejado a su suerte tiene fecha de caducidad”, subrayan y, añaden, “no solamente por estar expuestos a los elementos que los desgastan y arruinan. Además, la pieza más difícil de pensar, por ridículo que parezca, se vende por «catálogo»; siendo muy vulnerable al expolio que desde hace mucho sufre el campo”.Por todo ello, confían en que “Historias de cosas” sirva también este trabajo como protesta ante esta situación, que transita con la desidia de los gobernantes y la indiferencia de todos».

Han dado vida a este proyecto los videográfos y/o cámaras Domingo Camuñas, Julio Serrano y Elisa Ýébenes que han contado con la inestimable colaboración de Francisco Avilés, vecino de Villafranca de los Caballeros y gran conocedor de la historia, costumbres y tradiciones locales. Todos han puesto a lo largo de estos años “corazón y mucho esfuerzo” para que “Historias de cosas” pudiera ver la luz. Y de la pasión que Avilés ha puesto en este proyecto Camuñas destaca «este trabajo documental sería imposible sin la providencial ayuda de Don Francisco Avilés, cuyo profundo conocimiento de aquellos tiempos le viene dado por haberlos vivido desde niño en el campo, donde trabajaba, pasaba noches de Quintería, conocedor de todos los parajes de Villafranca de los Caballeros”.

Y continúa diciendo: “emocionan sus saberes, pero emocionan sobre todo sus ganas y anhelos de intentar dejar, como él dice, «a los que vienen atrás» parte del legado que nuestros antiguos supieron levantar con mucho esfuerzo y dejar hasta nuestros días”.

El llamamiento de Francisco Avilés
«Merece la pena dar un paseo y acercarse a estos sitios y lugares. Esto es de todos, esto es para que disfruten los que vienen detrás. En nuestras manos está conservarlo”, defiende Francisco Avilés, lamentando que “aquellos que se dedican a abrir las puertas de las casas, de los silos.., para llevarse cuatro cosas que hay, que piensen que también ellos pueden disfrutar de ello. Que lo que hay en el campo es para todos y para que disfrute todo aquel que quiera visitarlo”.

En su defensa del patrimonio rural, Avilés alega que“queremos que las gentes corrientes nos apoyen, que sigan nuestro camino de conservación, de naturaleza en el campo. La naturaleza es lo más grande que podemos tener. Cada vez que sales, la naturaleza te dice algo, y podemos disfrutar de ella”. Y se pregunta: “¿Porqué la destrozamos?, ¿Por qué hacemos tanto daño a las casas del campo, que cuando pasas algunas te quieren hablar?. Algunas que ya están caídas te dicen: ¿porqué me has abandonado?, ¿porqué?. Es lamentable, hay veces que hasta se te caen las lagrimas».

De su aportación a este proyecto comenta que «gracias a estos cámaras, a Domingo y a Julio, porque yo no sé sí me arrastran de un lado para otro o es que los arrastro yo a ellos; pero, la verdad, es que gracias a ellos, podemos filmar estas cosas, que de eso, un servidor el primero, y los que lo vean en los vídeos, debemos estar agradecidos».

Para finalizar, lanza un llamamiento, sin querer buscar culpables: “Qué cada uno tome conciencia y valore, ¿porqué el abandono y el saqueo, porqué se va ha hacer daño?. Con todo el servicio que nos han dado las casillas, que ha sido el amparo del agricultor, de las personas que hemos trabajado en el campo, el amparo de las nubes, el dormir por las noches,… y ahora que se vea así, por unas razones o por otras… Yo no sé quien tendrá la culpa.. Cada uno tendremos un poquito de ella”.

De “las cosas que fueron y ya no son»
Es Julio Serrano quien ofrece una radiografía de la situación actual del patrimonio rural de Villafranca. «Este trabajo que iniciamos consciente o inconscientemente en 2011, trae consigo pensamientos y recuerdos tristes. Y es que eltiocazuela.com alberga en su archivo multitud de fotos de lugares de nuestro término que ya no están”.

Serrano, en este sentido, explica que “el Palomar de Pintado –de cuyas visitas a su interior tengo buenos recuerdos no hace tantos años y del que no queda nada–, y los Pozos de Navarro -cuyos tres brocales han sido expoliados dejando un agujero en el suelo, son sólo dos ejemplos”.

Pero hay más, apunta, de la gran cantidad de palomares que se alzaban en nuestro término sólo queda en pie uno, precisamente el de Don Francisco Avilés, que dedica mucho tiempo y esfuerzo en mantenerlo. Y que en pocas fechas acometerá unas obras de desenvolver el tejado del mismo, para protegerlo y pueda perdurar muchos más años”.

De cinco molinos de agua y tres de viento, añade, no queda ninguno. “El llamado molino del Doctor también lo visité frecuentemente hará unos 30 años y a pesar de que ya anunciaba ruina, estaba en pie con su techumbre más o menos intacta. De él queda hoy una pared y escombros. A este desfile de paredes caídas se le pueden añadir la mayoría de casillas o casas de labor y multitud de silos”.

A su juicio, “estamos hablamos de estructuras que se hubieran mantenido en perfectas condiciones con un simple y barato encalado de vez en cuando”. Tampoco pasa por alto la problemática del expolio y así comenta que “a la dejadez se le añade el negocio y el expolio. Porque cuando un pueblo pierde el interés por sus cosas de siempre, no faltan otros que sí las valoran. Y donde hay deseo y dinero surge el negocio del expolio.

Para terminar, Serrano comenta que “ante este panorama desalentador, teniendo un corazón en el pecho y sintiendo cariño por lo que fue la vida de nuestros abuelos ante sus testigos mudos, hacemos lo que podemos: que es filmar lo que queda de aquellas vidas esforzadas, gracias a cuyo tesón estamos aquí».